Los derechos sexuales y reproductivos hacen referencia al derecho que tiene toda persona a tener una vida sexual libre sin ser objeto de coerción, discriminación o violencia. Dicho así, parece una definición sencilla y fácil de aplicar, sin embargo, nos damos cuenta que a día de hoy siguen habiendo muchas personas que son juzgadas y discriminadas por su orientación sexual y en muchos países todavía está prohibido con pena de cárcel el que una mujer decida voluntariamente interrumpir su embarazo. Muchas personas alrededor del mundo no son libres para elegir lo que quieren hacer o no en cuanto a su sexualidad.
Para profundizar un poco más en los derechos sexuales, los vamos a clasificar en los siguientes puntos:
- Derecho a una maternidad libre y elegida; toda persona es libre de decidir cuándo quiere ser madre/padre, en qué momento, con quién y cuántos hijos/as desea tener. Es también un derecho humano que toda mujer embarazada reciba una atención y seguimiento médico de calidad.
- Derecho a acceso de métodos anticonceptivos seguros, eficaces y económicos; en muchas ocasiones no se tiene suficiente información sobre qué métodos anticonceptivos existen (sus ventajas y desventajas) y los precios son muy elevados. Existe desconocimiento acerca de la gran variedad de métodos anticonceptivos que existen en función de cada persona y necesidad específica.
- Derecho a la prevención, diagnóstico y tratamiento de ITS; sigue existiendo una laguna en la información adecuada e integral sobre las diferentes infecciones de transmisión sexual (vías de transmisión, mecanismos de prevención y síntomas). Es importante luchar contra el estigma y los prejuicios que confluyen en que no se avance de manera real en esa prevención de las ITS. Se debe perder el miedo y tratar de manera cómoda y natural las enfermedades de transmisión sexual. En los centros de salud se debe adoptar un ambiente apropiado para que el paciente se pueda sentir seguro a la hora de realizar sus consultas más íntimas.
Todo ello nos hace pensar que los derechos sexuales, considerados como derechos humanos, muchas veces se nos han visto vulnerados. Por ello, es importante que seamos conscientes de que los únicos responsables de nuestra sexualidad somos nosotros mismos y que debemos ser libres de tomar cualquier tipo de decisión en referencia a ésta. Es importante poder contar con profesionales sanitarios que nos ayuden a recorrer ese camino hacia la sexualidad segura y satisfactoria. Todo esto se logra con seguridad, libre de prejuicios y dándole la importancia que merece a tu salud sexual y reproductiva.